miércoles, 14 de enero de 2009

Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta

Como lo prometido es deuda, les presento a una vampiresa no tanto por su capacidad de transformarse en murciélagos, tener fuerza sobre humana o algo así, sino porque tenía una afición muy grande por la sangre de sus víctimas. Erzsébet Báthory pasó a la historia como “la condesa sangrienta” por su extraño comportamiento.

Haré una breve reseña histórica de este personaje para adentrarnos posteriormente en la leyenda, en las historias y cuentos que rondan alrededor suyo..

Gabriella Erzsébet Báthory-Nádasdy de Ecsed (¡que nombrecito!) es hija de un matrimonio consanguíneo de una poderosa familia de la aristocracia de Hungría.
Resultó ser una mujer muy culta, políglota en una época donde incluso los príncipes eran casi analfabetos. Sin embargo los matrimonios entre familiares suelen acarrear de salud para los hijos y esta niña no fue la excepción: sufría de ataques de epilepsia, enfermedad desgastante que pudo generarle después su conducta.

A los 11 años se casó y ahí surgió la primera polémica, ya que quedó embarazada de un sirviente que terminó siendo castrado y arrojado a los perros, mientras que la condesa fue apartada para que tuviera al hijo sola, el cual lo hizo desaparecer.

Se volvió a casar a los 15 años con un guerrero que fue apodado en el campo de batalla como “El Caballero Negro de Hungría” (hasta los apodos en esa parte de Europa eran tétricos). Este personaje pasaba más tiempo en batalla que en casa, pero lograron tener después de mucho tiempo a 4 hijos. Con el tiempo, murió su esposo y quedó sola en tiempos muy delicados, en un mundo lleno de envidias y gente que la quería ver caer.. y en ese contexto partieron los rumores, la leyenda, el inicio de la “condesa sangrienta”:


Según la leyenda, Erzsébet fue una cruel asesina en serie obsesionada por la belleza, que utilizaba la sangre de sus jóvenes sirvientas y pupilas para mantenerse joven en una época en que una mujer de 44 años se acercaba peligrosamente a la ancianidad

Todo empezó en 1604, poco después de la muerte de su marido. Una de sus sirvientas adolescentes le dio un involuntario tirón de pelos mientras la estaba peinando. Al principio tuvo mucha suerte: la condesa reaccionó reventándole la nariz de un fuerte bofetón (cuando lo normal entre la nobleza de la época habría sido sacarla al patio para recibir cien bastonazos). Pero cuando la sangre salpicó la piel de Erzsébet, a ésta le pareció que donde había caído ésta desaparecían las arrugas y su piel recuperaba la lozanía juvenil. La condesa, fascinada pensó que había encontrado la solución a la vejez, y siempre podría conservarse bella y joven. Con la ayuda del mayordomo desnudaron a la muchacha, le hicieron un profundo corte en el cuello y llenaron un barril con su sangre. Erzsébet se bañó en la sangre y la bebió para recuperar la juventud

Entre 1604 y 1610, los agentes de Erzsébet se dedicaron a proveerla de jóvenes entre 9 y 26 años para sus rituales sangrientos y por si fuera poco, con el tiempo tomó la costumbre de quemar los genitales a algunas sirvientas con velas, carbones y hierros por pura diversión. También generalizó su práctica de beber la sangre directamente mediante mordiscos en las mejillas, los hombros o los pechos

Un relato de la situación dice: Se le arrancó las ropas de la doceañera y la metieron en una especie de jaula. Esta particular jaula estaba construida como una esfera, demasiado estrecha para sentarse y demasiado baja para estar de pie. En el interior estaba forrada de cuchillas del tamaño de un dedo pulgar. Una vez la muchacha estuvo en el interior, levantaron bruscamente la jaula con la ayuda de una polea. La niña intentó evitar cortarse con las cuchillas, pero un ayudante manipulaba las cuerdas de tal modo que la jaula se balancease de lado a lado, mientras que desde abajo otro la punzaba con un largo pincho para que se retorciera de dolor. El tormento terminó al día siguiente, cuando las carnes de la niña estuvieron despedazadas por el suelo".

Aparte de esta jaula, otro de los instrumentos de matar favoritos aplicados por la condesa y sus sirvientes era la “Doncella de Hierro” (Iron Maden xD), que era un sarcófago que reflejaba la silueta de una mujer y que por dentro tenía afilados pinchos. Éste se abría para introducir a la víctima y luego encerrarla para que los pinchos se le incrustaran en su cuerpo. Era un método efectivo para obtener la sangre de la víctima y así Bathory podía bañarse en ella, además de beberla para mantenerse eternamente joven.

Quizás jamás se le hubiera prestado atención si no fuera porque entre sus últimas víctimas empezó a haber gente de la aristocracia, es decir, gente “importante”. Finalmente fue procesada junto con sus ayudantes: los mayordomos fueron decapitados y quemados, las “brujas” que le aconsejaban fueron quemadas vivas y Erzsébet fue encontrada culpable por la muerte y tortura de 612 jóvenes. Fue recluida en un castillo donde sólo había una pequeña ventana donde le pasaban comida y agua.

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